viernes, 5 de octubre de 2012

Capitulo 5


Kate está feliz.

—Pero ¿qué estaba haciendo en Clayton?

Su curiosidad se cuela a través del teléfono. Estoy en el fondo de la sala de archivo, tratando de mantener mi voz casual.

—Estaba en la zona.

—Creo que es una enorme coincidencia, ____(tn). ¿No crees que estaba allí para verte? —especula.

Mi corazón se tambalea ante la perspectiva, pero es una alegría fugaz. La aburrida y decepcionante realidad es que él estaba allí por negocios.

—Estaba visitando la división de agricultura de la universidad. Está financiando una investigación —murmuro.

—Oh, sí. Le está dando al departamento 2.5 millones de dólares.

—¿Cómo sabes?

—____(tn), soy periodista y he escrito un artículo sobre él. Es mi trabajo saber esto.

—Bueno, entonces, ¿quieres estas fotos?

—Por supuesto que sí. La pregunta es, ¿quién va a hacerlo y dónde?

—Podríamos preguntarle a él en dónde. Dice que se va a quedar en la zona.

—¿Puedes comunicarte con él?

—Tengo su número de teléfono celular.

—El soltero más rico, difícil de alcanzar y enigmático en el estado del Washintong, simplemente te dio su número de teléfono celular.

—Eh... sí.

—¡____(tn)! Le gustas. Sin lugar a dudas.

—Kate, está tratando de ser amable.

Pero a medida que digo las palabras, me doy cuenta de que no es cierto… Justin Bieber no es amable. Educado, tal vez. Y una pequeña voz me susurra: tal vez Kate tiene razón.

Mi cuero cabelludo se eriza ante la idea de que quizás, sólo quizás, tal vez le guste. Después de todo, dijo que se alegraba de que Kate no hiciera la entrevista. Me abrazo con silenciosa alegría, balanceándome de lado a lado, considerando por un breve momento con la posibilidad de que tal vez yo podría gustarle. Kate me trae de nuevo a la actualidad.

—No sé a quién vamos a llevar para hacer la toma. Levi, nuestro fotógrafo habitual, no puede. Está en su casa en Idaho Falls por el fin de semana. Se va a molestar por perder la oportunidad de fotografiar a uno de los empresarios líderes de América .

—Hmm... ¿Qué hay de José?

—¡Buena idea! Pregúntale, él haría cualquier cosa por ti. Luego llamas a Bieber y averigua dónde nos quiere.

Kate es irritantemente arrogante respecto a José.

—Creo que deberías llamarlo.

—¿A quién, a José? —se burla Kate.

—No, a Bieber.

—____(tn), tú eres la que tiene la relación.

—¿Relación? —chillo, alzando mi voz unas cuantas octavas. —Apenas lo conozco.

—Por lo menos lo conociste —dice con amargura—. Y parece que quiere conocerte mejor. ____(tn), sólo llámalo —dice y cuelga.

Es tan mandona a veces. Le frunzo el ceño a mi celular y le saco la lengua.
Apenas estoy dejándole un mensaje a José cuando Paul entra en el almacén buscando papel de lija.

—Estamos un poco ocupados allí, ____(tn) —dice sin brusquedad.

—Sí, bueno, lo siento —murmuro, volviendo a salir.

—Así que, ¿cómo es que conoces a Justin Bieber?

La voz indiferente de Paul es poco convincentemente.

—Tuve que hacerle una entrevista para nuestro periódico estudiantil. Kate no estaba bien. —Me encojo de hombros, tratando de sonar casual pero no lo hago mejor que él.

—Justin Bieber en Clayton. Imagínate —resopla Paul, asombrado. Sacude la cabeza como para despejarse—. De todos modos, ¿quieres ir por un trago o algo esta noche?

Cada vez que está en casa me invita a salir y siempre le digo que no. Es un ritual. Nunca he considerado una buena idea tener una cita con el hermano del jefe, además, Paul es lindo en ese estilo de Chico-Americano-hijo de vecino, pero no es un héroe literario, ni con un mínimo esfuerzo de imaginación. ¿Lo es Bieber?, me pregunta mi subconsciente, con su ceja simbólicamente levantada. Le doy una palmada para que se calle.

—¿No tienes una cena familiar o algo debido a tu hermano?

—Eso es mañana.

—Quizás en otra ocasión, Paul. Tengo que estudiar esta noche. Tengo mis exámenes finales la próxima semana.

—____(tn), uno de estos días, dirás que sí —dice sonriendo, mientras escapo hacia la sala de ventas.

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