domingo, 7 de octubre de 2012

Capitulo 7, 2/3


Kate está sentada en la mesa del comedor con su computadora portátil cuando llego. Su sonrisa de bienvenida se desvanece en cuanto me ve.

—____(tn) ¿qué va mal?

Ay no… no el Interrogatorio Katherine Kavanagh. Niego con la cabeza, imitando su estilo de “ríndete ahora”, pero bien podría estar lidiando con un ciego sordomudo.

—Has estado llorando. —Ella tenía un don excepcional para señalar los malditos hechos obvios algunas veces—. ¿Qué te hizo ese ca.brón? —gruñe y su rostro… Jesús, da miedo.

—Nada Kate. —En realidad ese el problema. El pensamiento trae una sonrisa irónica a mi rostro.

—Entonces, ¿por qué has estado llorando? Tú nunca lloras —dice, su voz suavizándose. Se pone de pie, sus ojos verdes rebosantes de preocupación. Pone sus brazos a mí alrededor y me abraza. Necesito decirle algo para hacerla retroceder.

—Estuve a punto de ser golpeada por un ciclista. —Es lo mejor que puedo hacer, pero la distrae momentáneamente de… él.

—Por Dios, ____(tn), ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —Me sostiene con el brazo extendido y me mira rapidamente.

—No. Justin me salvó —susurro—, pero estaba muy conmocionada.

—No me sorprende. ¿Cómo estuvo el café? Sé que lo odias.

—Tomé un té. Estuvo bien, nada que reportar en realidad. No sé por qué me lo pidió.

—Le gustas ____(tn). —Deja caer sus brazos.

—Ya no. No voy a volver a verlo. —Sí, de hecho consigo hacerlo sonar como que no me importa.

—¿De veras?

****. Está intrigada. Me dirijo a la cocina para que no pueda ver mi rostro.

—Sí… él está un poco fuera de mi liga Kate —digo tan secamente como puedo.

—¿Qué quieres decir?

—Ay Kate, es obvio. —Me doy media vuelta y la enfrento cuando se detiene en el umbral de la cocina.

—No lo es para mí —dice—. De acuerdo, tiene más dinero que tú, pero entonces ¡también tiene más dinero que la mayoría de las personas en América!

—Kate él es… —Me encojo de hombros.

—¡____(tn)! Por el amor de Dios, ¿Cuántas veces debo decírtelo? Eres absolutamente divina —me interrumpe. Ay no. Va comenzar con eso de nuevo.

—Kate, por favor. Tengo que estudiar —la interrumpo. Ella frunce el ceño.

—¿Quieres ver el artículo? Ya está terminado. José tomó algunas fotos realmente buenas.

¿Necesito un recordatorio visual del hermoso Justin no-te-quiero Bieber?

—Claro. —Conjuro una sonrisa en mi rostro y camino hasta el portátil. Y allí está él, mirándome en blanco y negro, mirándome y encontrándome carente de algo.
Pretendo leer el artículo, todo el tiempo encontrando su mirada miel, buscando en la fotografía alguna pista que me diga por qué no es el hombre adecuado para mí, según sus propias palabras.

Y de pronto, salta a la vista. Es demasiado gloriosamente bien parecido. Somos polos opuestos y de dos mundos muy diferentes. Tengo una visión de mí misma como Ícaro volando demasiado cerca del sol, ardiendo y estrellándome como resultado. Sus palabras cobran sentido. No es adecuado para mí. Esto es lo que quería decir y hace que su rechazo sea más fácil de aceptar… casi. Puedo vivir con esto. Lo comprendo.

—Muy buen trabajo, Kate. —Me las arreglo para decir—. Voy a estudiar. —No voy a pensar en él de nuevo por ahora, me comprometo conmigo misma y abriendo mis apuntes, comienzo a leer.

Es sólo cuando estoy acostada, intentando dormir, que le permito a mis pensamientos ir a la deriva, regresando a mi extraña mañana. Sigo volviendo a lo de “no suelo salir con nadie” y me enfado por haberla recordado antes, cuando estaba en sus brazos suplicándole mentalmente con cada fibra de mi ser que me besara. Lo había dicho allí y antes. No me quería como novia. Me pongo de costado. Ociosamente, me pregunto si tal vez es célibe. Cierro los ojos y comienzo a dejarme ir. Quizás se reserva para alguien especial. Bueno, no para ti, mi subconsciente soñoliento me da un golpe final antes de liberarse dentro de mis sueños.

Y esa noche, sueño con ojos mieles, diferentes formas de hojas verdes en leche, corro a través de lugares oscuros con espectrales luces fluorescentes y no sé si corro hacia o estoy escapando de algo… simplemente no está claro.


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